Recordemos la novela de George Orwell, una fábula mordaz sobre cómo la corrupción puede surgir tras toda adquisición de poder, en cualquier nivel. Esta demoledora novela satírica sobre la condición humana no pierde vigencia con el paso del tiempo (fue escrita en 1945) nos permite encontrar hoy una alegoría del poder y su influencia en muchos seres humanos.
La rebelión en el PP –ahora no hablamos de los animales de la granja alentados por el viejo cerdo “Mayor”– puede cerrar un ciclo de entender la política y añade otra medalla a los participantes del 15-M, el movimiento ciudadano que inició todo este cambio, luego reconvertidos en mareas y más tarde unidos en agrupaciones políticas…
Al margen de las extemporáneas declaraciones de Esperanza Aguirre (la cazatalentos con menor olfato y mejor nómina) coreadas por una minoría de sus conmilitones, como el portacoz en el Congreso, una mayoría del PP reaccionó rebelándose contra la política “marianista” y los modos de su líder, Mariano el de los “españoles son muy españoles y mucho españoles” o el santo del plasma.
Se rebelan ahora, cuando ven que se acaba el chollo (en el Ayuntamiento de Madrid 189 asesores cobran una media de 90.000 euros al año, que suman 17 millones) en un presupuesto ya aprobado (¡menuda deuda para la nueva alcaldesa, que anuncirá un salario que reduce en 54.000 euros lo que “llevaba para casa” Ana Botella. ¡Y aún se quejaba amargamente la todavía alcaldesa de perder la tercera parte de sus ediles!
Se van unos (Baleares, Aragón, Valencia etc.), pero dejan un rastro que apesta: RTVE subió el sueldo a 74 de sus directivos, que cobrarán más de 100.000 euros al año en un país donde uno de cada cinco españoles vive bajo el umbral de la pobreza. Nos dejan un país condenado por el Tribunal de Derechos Humanos, que multa a España con 250.000 euros por no investigar las torturas en las comisarías y unas instituciones cómplices de algunas decisiones, como el INE que esperó al día siguiente de las elecciones para hacer públicas las cifras que aquí se mencionan.
Empieza la huida de “la granja”, pero nos dejan gobiernos locales convertidos en “agencias de colocación” o a líderes provinciales, Baltar sin ir más lejos que Ourense, impidiendo investigar los negocios de sus diputados. El juez, por cierto, ha investigado y manda al banquillo al PP por pagar con dinero negro y hacer trampa al Ministerio de Hacienda.