La irrupción de Más País en el panorama electoral gallego no hace más que complicar un poco más el ya enrevesado panorama de la izquierda rupturista gallega. Como en una reedición de aquellas primarias en las que Antón Gómez-Reino derrotó a Carolina Bescansa por hacerse con el control de Podemos en Galicia, ambos personajes se volverán a medir. Sin embargo, hay una diferencia fundamental, en esta ocasión no están llamados a votar solo los simpatizantes. Ahora serán todos los ciudadanos los que, con sus votos, determinen cuál será la formación hegemónica de esa izquierda rupturista.
El fracaso del intento de Luis Villares casi a la desesperada de coaligarse con Más País ha dejado ya prácticamente descolgada a En Marea de esa pugna, aunque Villares ha visto muchas veces cómo sus rivales lo enterraban y, al final, siempre acababa resucitando.
Del mismo modo, queda por determinar el papel que desempeñarán las mareas municipalistas en este complicado tablero de juego. Por el momento se mantienen al margen, como lo hicieron en todas las ocasiones anteriores, si bien, aquellos que conocen ese entorno saben que sus principales protagonistas están situando sus peones por lo que pueda pasar.
Su problema es que las pasadas elecciones locales sirvieron para confirmar que los ciudadanos, que los habían apoyado de manera masiva, se cansaron de su inactividad y falta de compromiso y vieron como sus concejales se reducían a la mitad en Santiago y Ferrol y casi a la mitad en A Coruña.
La ausencia de papeletas de Anova y hasta la adhesión de CXG al BNG, también hace que el voto de corte más nacionalista se concentre y beneficie a los de Pontón, que podrían volver a tener presencia en Madrid. Ahora, solo queda por determinar si con ellos estará Carolina Bescansa o si será Gomez-Reino el que triunfe.