¿Son los 30 los nuevos 20?

Me gustaría creerlo la verdad, pero no lo tengo claro. Se lo digo porque todavía conservo el 2 en la cabecera (Ay, Virgencita que me quede como estoy) y le tengo al cambio de década más miedo que a un nublado. Alguno que me lea con unos pocos, o muchos, años más pues le dará la risa probablemente. Pero que quieren que les diga, hay mil y una razones para esto. Les cuento:
Salir de noche hasta ver el sol debería considerarse deporte olímpico y a cada valiente que lo consiguiese, entregarle la cruz al mérito. No me meto ya en cómo sobrevivir a la resaca, porque de ahí al reparto de The Walking Dead hay sólo una delgada línea, oigan.
Estancarse a nivel laboral empieza a dar canguelo, porque o piensas que jamás conseguirás tu primer empleo (¡ojo! se dan casos) o te ves sin escapatoria a no dejar de pisar durante los próximos 40 años el suelo de la misma oficina. 
Sobrevivir a tu pareja, a sus –malditas– costumbres y sus repetitivos chascarrillos comienza a animarle a una a coquetear con la cicuta. Si de lo que hablamos es de encontrar una nueva, la cosa se pone aún más fea, porque lo que queda ya en las calles es, señores, simplemente decepcionante.
Es la típica edad en la que todas las tiernas abuelitas del mundo insisten en preguntarte cuando vas a tener hijos y te amenazan con que el arroz se te pasa ya de ya. Y tú que cruzas de acera para que no te salga urticaria cuando oteas una guardería y que has comprado “Brillante” para que no se te pase endejamás.
Vas perdiendo amigos por todos lados. Da igual que tires de los colegas de la universidad, del instituto, del colegio, de los del barrio de casa de tu abuela o uno que conociste una noche de borrachera. Al final la gente se enfada, está muy ocupada con sus vidas o ha pillado malaria, pero la realidad es que quedar para un café está más difícil que acertar el Gordo.
Como estas, muchas otras cosas y así seguiría eternamente, pero no quiero deprimir a nadie. Aún más. Así que en unos meses pues ya les cuento, porque todavía me queda la esperanza de que como dice una amiga mía está sea la “década interesante”. 
Ay... ¡Pero qué difícil es ser Millennial!

¿Son los 30 los nuevos 20?

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