Claro que es una guerra, lo sabe casi todo el mundo; pero no es una guerra al uso. Una parte de ella se desarrolla lejos, en países musulmanes, y otra en países cristianos. Pero no es una guerra de religiones sino política, de explotación de bienes y cruel, porque, como en todas, hay víctimas en los dos bandos. Unas por bombardeos y otras armas, las otras también por bombas y terrorismo.
En cualquier caso, guerra que siempre pagan muchos inocentes. No está en peligro nuestra forma social de vida, ni nuestra libertad, ni la democracia, tan solo nuestras vidas. Mientras, en el otro bando, sí está en peligro todo menos la democracia, porque no la tienen. Esa es la diferencia principal de que haya guerra; y además, un fundamentalismo religioso interno, impuesto desde niños, del que no pueden discrepar sin peligro de sus vidas, que luego lleva a fanáticos a degollar a rehenes inocentes. La guerra es solo crueldad.