EL todopoderoso Caballero, don Abel, fue uno de los anfitriones de Pedro “La sonrisa” Sánchez y aprovechó para recordarle que él es quien manda en la franquicia gallega del PSOE. Después del desplante que le hizo al no acudir a la fiesta de los socialistas enxebres en Sigüeiro, le montó un bonito sarao en Vigo. Un auditorio para setecientas personas, en el que no quedó ni una plaza libre y que suponía todo un contraste con el protagonizado el pasado domingo por Xoaquín Fernández Leiceaga en Burela, que contó con cuarenta asistentes. De todas formas, si hubiesen quedados sillas vacías en la sala, siempre se podría haber ocultado los huecos con unas lonas, que es una estrategia que dominan a la perfección por aquellas tierras. Malo sería que tantos años ejercitándose en esa técnica de camuflaje hubiesen sido en balde.