COLECTIVA EN ATLÁNTICA

La galería Atlántica ofrece una muestra colectiva de pequeño formato de diecisiete artistas, entre los que se cuentan tres nombres ya clásicos en la historia reciente del arte gallego: Cristino Mallo, Eugenio Granell y Mario Granell. Del primero hay cinco dibujos que tienen la gracia del apunte rápido perfilando personajes anónimos y la sugestiva impronta del collage; de E. Granell aparece uno de sus típicos humanoides en arabesco; el acrílico Estampas amargas de Mario Granell nos sumerge en sus inquietantes espacios planos de gran pureza cromática donde lo simbólico y enigmático hace aparición.

Del recientemente fallecido Leopoldo Novoa hay tres pinturas sobre papel con signos arcaicos, de raíz petroglífica, rastros perdidos y trozos de cordones o mecates que se conjugan con los tonos cenicientos. Pequeños óleos de estampas populares, con ganaderos y ganado, el mar y sus navegaciones y una deliciosa visión de los Cantones coruñeses muestra el más sensible de los Gerardos Porto, no el de los grandilocuentes formatos, sino el de las escenas cercanas e íntimas. Otros nombres consagrados son los de Antón Lamazares, cuyas litografías Itinerarium, de grafismos expresionistas y monigotes inspirados en el dibujo infantil, tienden hilos viajeros para la viajera imaginación; presencia también de Darío Basso, con su serie Vegetal, cuyas aguadas sueltas dibujan flores, hojas, frutos y naturalezas varias; en las antípodas está la cuidada geometría de Luis Caruncho: planos nítidos y encuentros ortogonales y curvos que conformas una “Imagen lúdica para un espacio geométrico”.

Con la geometría juega también Moncho Borrajo, en Esfera rota, Verano y Planos y contrapuntos. Igualmente, “Cruces para Malevich” de Víctor Mejuto ofrece juegos modulares de cuadrados y triángulos, en gamas suaves del gris perla al ocre claro, para configurar un espacio poliédrico que apunta a la perfección y la serenidad. Por los mares del norte y del sur, entre misteriosas luces nocturnas o restallantes soles, nos lleva Correa Corredoira y nos deja luego en el Sacromonte, con el canto amarillo de una guitarra. Poética de la naturaleza es la que nos ofrece Xaquín Chaves con Auga en inverno y sobre todo poética de la aguada y del gesto que propone andarinas ráfagas. Batis Campillo, Modesto Pérez, Pepe Galán y Xurxo Oro Claro completan la nómina, con Fidel Goás, cuya escultura en bronce nos deja “A la Puerta de los elegidos.”

COLECTIVA EN ATLÁNTICA

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