LA vida de los Jordis en Soto del Real, ciudad de vacaciones, no fue feliz, sobre todo la del apellidado Sánchez, que pasa por ser el más parvo de los dos. Pasó a ser considerado “una perra chivata” desde que pidió el cambio de módulo alegando que otro recluso lo había torturado con un “Viva España”. A partir de entonces, lo bombardearon con la canción de Manolo Escobar y con el “Novio de la muerte” de la Legión, desde los radiocedés comprados en el economato de la prisión. Incluso un gitano patriota le enseñaba el pene cada vez que se cruzaba con él y le espetaba: “¡Maricona!”. Más o menos lo mismo le sucedió ayer a Torra cuando hacía la ofrenda floral de la Diada. En el balcón de un hotel cercano al monumento a Rafael Casanova empezó a sonar el himno de España a un volumen brutal... Habrá que consultar con Instituciones Penitenciarias para saber si los compañeros de módulo de Sánchez disfrutan ya del tercer grado y se ganan la vida lejos de la trena como dj.