TARIFAS AERORTUARIAS

El presidente Feijoo ha venido insistiendo en la necesidad de coordinar los esfuerzos de los tres aeropuertos gallegos para fortalecerlos. Algo que no se ha logrado, entre otras cosas, por la torpeza de determinados alcaldes que siguen empecinados en hacer la guerra por su cuenta e incluso, en algún caso, en utilizar los aeropuertos como ariete contra la Xunta. Como justificación, apelan a una defensa a ultranza de sus ciudades. Pero lo único que se logra con esos absurdos, desleales y rancios localismos es que los aeropuertos vayan cada vez peor, nuestras ciudades pierdan potencial y Galicia se convierta en un reino de taifas.

El balance de nuestras terminales en 2011 confirma que no podemos seguir por ese camino cainita de enfrentamientos y de hacer cada uno la guerra por su lado. No conduce a nada que nuestros aeropuertos compitan entre sí y lleguen a ofertar los mismos destinos. ¡Y es que Oporto aprieta y de qué manera! Mientras Peinador y Alvedro siguen en caída, el avance experimentado por Lavacolla es insuficiente para que, con la suma de los tres aeropuertos podamos acercarnos a los 6 millones de usuarios que maneja Sá Carneiro.

Finalmente y a tenor del pobre resultado obtenido, debemos reflexionar sobre las subvenciones al low cost. La Xunta pagó el pasado año 102 euros por pasajero en Vigo, 32 en A Coruña y 6 en Compostela. Curiosamente, cuanto más se pagó, peor fueron las cosas. Habría que apostar por otras fórmulas de promoción. Haberlas, “haylas”.

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