Estando inmersos en la segunda ola del Covid-19 y las medidas tomadas siguen siendo como un juego de azar, ahora digo una cosa y luego pongo la otra y así sucesivamente se van dando palos de ciego, pero no se aporta solución alguna, no porque no exista, que no existe milagro alguno sobre esta epidemia, hasta que al menos salga una vacuna con garantías de solucionar el problema que atañe a nuestra salud.
La semana anterior hablé sobre la conveniencia de usar la mascarilla, pero solo con ello no es suficiente, el problema que tiene España, es estructural en materia sanitaria, hay personal y cuadros médicos muy capaces y competentes, que luchan afanosamente contra este mal que nos acecha por los cuatro costados, pero, eso solo no es suficiente, el país, carece de muchos medios sanitarios que ayuden a los profesionales en su fatigosa lucha y estos tienen que ser coordinados por la clase política y responsable del puesto que les ha tocado dirigir en tan delicado momento, pero no se muestran a la altura de las circunstancias, la prueba es que somos el país más afectado de Europa, tanto en la primera oleada como en la segunda y seguimos igual que estábamos. En el mismo punto de salida.
España, pese a tener un sistema sanitario muy capaz, no dispone de un Instituto de Salud Pública que pueda asesorar tanto al núcleo hospitalario, como a la clase política dirigente, en las medidas eficaces a tomar, este es un problema de años, ya que carece de un centro epidemiológico y sanitario de investigación que pueda ayudar a solucionar este complicado asunto de la salud española y el consiguiente colapso de los hospitales.
En segundo lugar tampoco, se hace nada por controlar la gente, la desinfección de calles, centros públicos de todo tipo, sociales y privados, así como espacios comunes en general, contenedor de residuos, es que ni se lavan, cuyo tufo de suciedad se respira con solo pasar cerca de estos. Cuando la desinfección es esencial en todo momento e instante en aquellos lugares en que se mueve gente y esta tiene que tener la seguridad de que ese espacio en el que se haya, está debidamente no, solo ventilado, sino desinfectado en toda su extensión, algo que no se ve en ningún lado y estas medidas son esenciales.
Por otra parte, hay que concienciar a la gente por los responsables del orden, de que tienen que patrullar las calles a pie y abordar a todo el ciudadano que no cumpla las reglas de llevar la mascarilla puesta debidamente, no es posible que una parte de la sociedad, mayoritaria, afortunadamente, la lleve y otra con la disculpa de hacer deporte en la calle, no lo haga, o si lo hace, va de adorno en el codo y a correr en medio de los peatones y a circular con la bici, en el mismo concepto, sin importarles que el resto de los ciudadanos cumplan las reglas impuestas. Esto requiere solución, sino todos, a un nuevo confinamiento, es decir pagará el justo, cuando el confinamiento debe ser solo para el que incumple todas las reglas en el espacio público.
De modo que los políticos, si carecen de un arma eficaz contra la lucha preventiva de esta pandemia, poco pueden hacer y sus resultados saltan a la vista.