Hace 100 años se editaron Los Protocolos de los Sabios de Sión, la publicación antisemita más famosa.
Aunque era una falsificación elaborada por la policía zarista, continuó circulando como si la conspiración judía para apoderarse del mundo fuera real.
Los discursos de Franco referidos a la “conspiración judeo-masónica” y Mein Kampf, el libro escrito por Hitler, bebieron en esta envenenada fuente y el resultado final fue el Holocausto.
El apellido Pérez, los de oficios, colores, provincias, santos y árboles frutales, son típicos de los judíos conversos. Por si esto no bastara, el Haplogrupo J2, el más común entre los judíos, alcanza una media del 20% entre los españoles.
En los crematorios nazis también ardió una parte de nuestra historia y de nuestra genética: la de los judíos sefarditas expulsados por los Reyes Católicos en 1492.