Más que celebrar, cumplir

Escribo estas líneas con un ejemplar de la Constitución impreso en 1983  en una editorial leonesa con cargo a la Diputación provincial que se repartió  entre los ciudadanos que quisieron recogerla en las oficinas de dicha corporación. Por cierto: el texto era una asignatura más en los centros de enseñanza media de León.  Les invito a seguir conmigo el repaso a algunas de las partes de dicho texto. En el prólogo se afirma que la Nación española establece la justicia, la libertad y la seguridad, promoviendo el bien de cuantos la integran, conformando un orden económico y social justo y que promueve y protege a todos los pueblos de España en el ejercicio de sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. El título preliminar insiste en que las distintas modalidades lingüísticas son un patrimonio cultural que debe ser objeto de especial respeto y protección. Sobre el sistema tributario la Constitución señala que para  el sostenimiento de los gastos públicos los ciudadanos deben aportar según  su capacidad económica. Ya se hacía referencia, desde este balcón, los cientos y cientos de millones que se ocultan al fisco y casi siempre por los más poderosos

Sobre el trabajo, el derecho al curro,  la Constitución establece que es necesaria una remuneración suficiente para satisfacer las necesidades del trabajador t su familia y que, en ningún caso, puede hacerse cualquier tipo de discriminación por razón de sexo. Diariamente estos derechos se incumplen en los sectores más vulnerables: las trabajadoras del hogar, los sin papeles por citar dos sectores de sobra conocidos.

Se reconoce el derecho a la salud, a una vivienda digna. Se añade una recomendación para el fomento del deporte, la cultura y la utilización del ocio. A esta declaración hay que unir cifras, cantidades y ya sabemos cómo quedaron en la etapa de los recortes del “marianismo”

Los poderes públicos garantizarán mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad y promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. ¿Se cumple?

Ojo con los patriotas de boquilla, que empiezan vituperando al gobierno y siguen su labor de zapa con los parlamentos para acabar –como esos militares en la reserva– amenazando a dieciséis millones de españoles.  Están ya ante la justicia y esta será la que decida su castigo pero hacen explicaciones de otros actores como Vox que ha reivindicado en sede parlamentaria “que son su gente”.

Jo, qué tropa.

Más que celebrar, cumplir

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