un buen ejemplo de que esto del Estado de las autonomías se nos está yendo de las manos es el inicio del curso escolar que está a la vuelta de la esquina. En realidad está próximo en algunas comunidades, en otras, como en el caso de Galicia, todavía tienen los pequeños unos cuantos días (bastantes) de asueto, antes de volver a las aulas. Y es que dependiendo del lugar en el que resida el pequeño el inicio del curso puede variar hasta en diez días. Incluso en la misma ciudad se dan diferencias entre los colegios, sin que exista un calendario único. Si ni tan siquiera se consigue el consenso para algo tan simple como la vuelta a las aulas, resulta impensable imaginarse a los políticos siendo capaces de pactar las asignaturas que estudiarán. Y no deja de tener una cierta coña que los universitarios tengan que ponerse a hincar los codos antes que los chavales de primaria, secundaria o bachillerato.