El coronavirus está siendo letal para la salud, pero también para la economía. La situación en España era ya de una desaceleración evidente y que se empezaba a notar de forma clara en el empleo. El Covid-19 ha sido la puntilla. Hay que tener en cuenta que esta crisis sanitaria nos ha pillado con la deuda elevadísima y sin un euro en las arcas públicas. Al contrario, con un agujero que algunos primeros indicios apuntan a los 30.000 millones de euros.
En los dos últimos años, se han cometido muchos errores. Lejos de ir de cabeza a por el superávit se ha seguido gastando y poniendo trabas a empresas y autónomos con subidas desorbitadas del SMI y de las cotizaciones. Así que el virus nos pilla sin recursos y al sistema productivo muy diezmado. Frente a esta situación, el Gobierno ofrece aspirinas. Su plan de choque no son más que prestamos que habrá que devolver en 6 meses, cuando las empresas no tengan cómo hacerlo, puesto que la producción y venta va a ser prácticamente nula en la mayoría de los sectores.
El Ejecutivo no ha inyectado ni un euro nuevo. Todo el dinero que se “inyecta” es en realidad darle una patada hacia adelante. Se han tomado decisiones que no tenían detrás el respaldo de un plan serio, como es el caso del cierre de los colegios. La pregunta es obvia: ¿a qué se han dedicado todas estas semanas todos esos asesores económicos con que cuenta Moncloa? ¿En serio, todo lo que se les ha ocurrido es dar a las CCAA un dinero que era ya suyo y que se le negó hace apenas unas semanas? ¿1.000 millones que ya estaban en los PGE de Montoro y atrasar el pago de impuestos y cotizaciones?
Bajar impuestos y avales sin coste y sin límite son algunas de las medidas que ha puesto en marcha, por ejemplo, Alemania. Un país con sus cuentas más que saneadas. ¿Por qué en los últimos 4 años no hemos sido capaces de hacerlo nosotros? Ahora, se requiere imaginación y sensatez no improvisaciones. La recesión llama a la puerta y nos vamos a pillar la mano entera. Habrá mucho sufrimiento y este Gobierno no está a la altura.