Anivel municipal la Marea, nasía pa’ganá ha encontrado su punto de apoyo para mover el mundo. Nada más y nada menos que su tema estrella, “renta social”, consiguió dar ayuda a una solicitante, tras dos meses de funcionamiento. Corresponde a una mujer, mayor de cincuenta años, desempleada, con estudios, soltera y sin hijos. Y para festejarlo una traca de “fogetes”, pues se excluyen del programa las entidades benéficas, mejor calificadas, al conocer con exactitud las necesidades reales de los barrios. Hasta la fecha se han recibido 237 solicitudes: abiertos 135 expedientes, 92 en fase inicial y 43 en fase de instrucción.
La obviedad del punto de apoyo está requetedemostrada por el pensamiento científico. También sabemos que el cínico de Diógenes buscaba son su linterna a ras de suelo un hombre natural-temple moral intachable, parco y constante-sin encontrarlo. Más o menos la cólera de Yavé-lo irascible en ocasiones del alfarero humano-por no encontrar diez hombres justos capaces de absolver a Sodoma y Gomorra, salvando únicamente a Lot y su familia, aunque convirtiese en bloque de sal a su mujer.
Las ideologías están llenas de paradojas. Combaten unas cosas y se apoderan inefablemente de ellas. Venían a combatir la casta y se han vuelto más burgueses que el personaje de Molière. Quieren imponer creencias políticas y merced a sueldos, subvenciones, becas y demás fiestas de guardar, adoran el becerro de oro: imitan catequesis, roperillos parroquiales, asilos. Así manejan una espiritualidad materialista técnica (el neologismo “noológico” utilizado por el psiquiatra Viktor Frankl para no confundirlo con la religiosidad expresa de una persona).
Es lo que hay. Paso de tortuga a cuentagotas. Unos aguantan. Otros se desmoronan. Es el hombre el que da sentido al sufrimiento…Después de todo la política social alcanza su madurez reeducadora cuando las “pruebas” que se sufren alcanzan un sentido.