Tiene cierta coña la reacción de EH Bildu, que ha decidido no acudir a la recepción que se ofrecerá en San Sebastián a Woody Allen debido a que el director recibió acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva. Es cierto que cualquier abuso es deplorable, pero hay que reconocer que sobre Allen recae, al menos por el momento, el beneficio de la duda. Sin embargo, lo que sorprende es la pulcritud de EH Bildu en este asunto cuando no tiene el más mínimo pudor en rendir homenajes a asesinos confesos y condenados. Lejos de ello, los convierte en héroes, como si cometer un atentado terrorista fuera menos “malo” que cometer un abuso sexual. Desde luego, hay que reconocer que la escala de valores de EH Bildu resulta, cuando menos, dudosa.