Tyler Heep, vecino de Iowa,, en el norte de Estados Unidos, sueña como tanta gente con ser millonario. Y la verdad es que pone los medios, pues juega al rasca y gana. Pero el fin que alcanza –o al menos el que alcanzó hasta ahora– no es el deseado. La semana pasada ganó un dólar y, sin embargo, no se desanimó. Es más, se fue a las oficinas centrales de la lotería del estado y pidió que le hiciesen una foto con un cheque gigante como los de los ganadores de los grandes premios. El retrato ya cuelga en el salón de su casa y él se sorprende de que a nadie se le haya ocurrido antes. Que patente la idea, igual se hace millonario.