LOS socialistas de la Diputación de Lugo no tocaron las palmas con el mismo entusiasmo con el que lo hacen los asistentes al concierto de Año Nuevo cuando la orquesta interpreta la “Marcha Radetzky”, pero fue lo único que faltó en la celebración de la vuelta a casa de Manuel “El rayo que no cesa” Martínez. El alcalde de Becerreá, pese a la prohibición universal de comerciar con personas, no invocó ningún convenio de la ONU, pero se negó en redondo a ser utilizado como mercancía que era el destino que le habían reservado sus compañeros una vez que el Beneguai le puso la cruz y descartó un pacto si Martínez estaba por el medio. La situación se fue complicando cada vez más, pues votó muchas veces con el PP, y acabó en expediente de expulsión del partido. Ahora ha vuelto y no lo ha hecho como un cualquiera, sino como vicepresidente de la Diputación. Enhorabuena para él y enhorabuena para el PSOE por sus tragaderas, dignas de figurar en el Libro Guinness de los Récords.