POBREZA ENERGÉTICA

En España de los 19 millones de hogares, un 10% se halla bajo pobreza energética. Galicia se sitúa en el 6,2% en cuanto a los hogares que se encuentran en esta alarmante situación y supone que alrededor de 65.000 tienen problemas a la hora de hacer frente al pago de los recibos de energía de gas y electricidad. La lista en la que se sitúa nuestra región está dentro de las de una menor preocupación, si se compara con Melilla que arrastra un 23,4%, Ceuta alcanza el 16,5%, mientras que Canarias y Andalucía están sobre el 15%. Lo que supone un grave contratiempo a esos hogares a la hora de afrontar el pago energético.
Conviene destacar que la facturación eléctrica ha subido desde 2007 a 2014 el escalofriante porcentaje de un 76% y el gas natural lo ha hecho en ese mismo espacio de tiempo en otro 35%. Dicho incremento se produce en el momento en que la tasa de pobreza de los hogares españoles se sitúa en el 19% y estos en su mayoría no superan los ingresos mínimos, parados, jubilados y otros colectivos son los más perjudicados, por lo que se ven obligados a vivir en condiciones de crisis permanente.
A esta penosa calamidad, hay que añadir que los españoles soportamos la energía más cara de Europa y se sitúa en el cuarto puesto, con la subida de la luz en el segundo semestre del 2014 del 4,1% y del gas del 7,5%, los primeros países de la lista son Alemania, Chipre y Portugal, pagando los hogares españoles un promedio de 23,7 euros por cada 100 Kwh de electricidad, frente a una media de los 22,10 euros de la zona euro o los 20,80 euros de la Unión Europea, pese a ser inferiores los impuestos en España que la media europea.
Algo que nadie entiende, ni tampoco parece que alguien quiera explicar con argumentos convincentes para dar cuenta de este desfase y todavía no ha entrado en vigor la aplicación de la factura eléctrica por horas, que a buen seguro habrá sorpresas desagradables para todos los consumidores, tanto en aquellos que tengan un contador inteligente, como para los demás, nadie quedará contento de la posible manipulación que se puede hacer con respecto al precio del Kwh. A facturar a los abonados, la sombra se cierne sobre las eléctricas por el inmenso poder económico acumulado y la inacción del gobierno a la hora de tomar medidas que protejan al consumidor de la vorágine empresarial de estos oligopolios.

POBREZA ENERGÉTICA

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