DONALD Trump sabe que existe Corea; que sepa que existen dos Coreas parece más difícil, pero quizá utilizando ejemplos similares a los que se emplean con los escolares cuando están aprendiendo a sumar –manzanas, sin ir más lejos– lo haya entendido. En su caso, obviamente, se tendría que haber recurrido a algo que las mujeres tengan por pares, pero quizá así lo haya entendido y por eso quiere mantener un cara a cara con el mastodóntico presidente norcoreano, Kim Jong-un, el único gordo de su país. El cumio, en cuyo trasfondo estará el armamento nuclear de Pyonyang, puede ser de los de no me grites que no te veo.