EL PROCEDER

Cuando una manera determinada de actuar, de forma continuada en el tiempo, no da los frutos deseados por la propia persona o grupo que los protagoniza; lo más inteligente y sensato es cambiar la referida estrategia y analizar las causas del porqué no se obtiene lo que se quiere. Esta idea, que es aplicable a cada uno de nosotros, tanto en los aspectos de la vida privada como la profesional, también tiene su valor en el campo de la política. Parece una obviedad. Lo expuesto viene al caso para explicar la más que probable derrota electoral de la izquierda ferrolana, circunstancia que todas las encuestas serias y el olor de la calle ratifican día a día. Desde las últimas elecciones municipales del año 2007 (con Vicente Irrisarri, triunfando) la izquierda local no ha ido capaz de superar al PP en cuatro procesos electorales consecutivos (dos autonómicas, unas generales y unas locales);  con la única excepción de las últimas europeas. Es decir, en las elecciones de “verdad”,  las que realmente interesan, acumulan 8 años de derrotas. Son varias las causas. La primera de ellas, es el proceso de “disgregación” entre las diferentes izquierdas. Cuando Jaimito se pasa  todo el día debatiendo, al final de la jornada acaba exhausto, pero no ha sido capaz de cambiar absolutamente nada, ni arreglarle su problema a Doña María. Este debate permanente sin final es equiparado por el cuerpo electoral a una idea de fracaso. Da la sensación de que cada minuto que pasa se crea una nueva corriente de opinión, diferente a la anterior, que difumina y trocea más el mensaje. La segunda de las causas, con una íntima conexión con la primera, es la ausencia de un fuerte liderazgo personal que sea capaz de cohesionar un programa de mínimos con el que poder presentarse al conjunto de los ciudadanos. Hoy los ferrolanos de izquierdas se encuentran huérfanos de liderazgo carismático y de discurso político. Pero no puedo terminar este artículo sin hacer una referencia al hartazgo de la mayoría “do povo”, a las constantes manifestaciones, concentraciones, interrupciones de plenos municipales, creación de plataformas “do non a todo” y malos rollos varios, que son percibidas por la mayoría como un mensaje negativo que impide progresar. Es mi opinión, y así se la he contado. Palabra de cuarentón fofisano.

EL PROCEDER

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