Tal que ayer, VikiTaibo, la actriz de Teatro Estudio, amiga del alma, cumplía tres cuartos de siglo como quien estrena traje nuevo. Ana, Bibi y Camino, luz de luz, sus hijas, conspiraron para darle una sorpresa, concitando a familia y amigos para compartir mesa y mantel de happy-birthday con una Viki “engañada” por buenas razones. Me pidieron que escribiera unas palabras  que leyó Rafael Taibo, su hermano, una voz que es historia de la Radio en España-. Si hoy las traigo aquí, es por compartir una emoción tan alta con ustedes.
Helas, helas por do vienen… Necesarias; tratándose de Viki, seguro, insuficientes:
“Algunos motivos para amarte y admirarte:
1.- Como persona, reúnes lo mejor del ser humano: la capacidad ilimitada de fe y de esperanza.
2.- Como mujer, tu belleza exquisita fluye, interminable, de adentro afuera, y te ilumina toda, con luz irrepetible.
3.- Como madre, representas la ternura, la abnegación y el espíritu de lucha, más allá de la adversidad y el desaliento.
4.- Como amiga, nos haces siempre sentir en paz, en el largo camino que hemos venido compartiendo.
5.- Como ciudadana, has estado, la primera, “a pie de obra” para las causas más justas y más nobles.
6.- Como actriz, has logrado transmitir las vibraciones más hondas de todos y cada uno de tus personajes.
7.- Como presencia, en suma, has llenado el paisaje de todos nosotros de dignidad y de categoría: en verdad, ha sido un lujo el poder disfrutar de tus incontables virtudes y,  por qué no, de tus encantadores defectos: Viki Taibo en un vuelo, porque tienes que estar en otra parte… (Siempre nos supo a poco Viki Taibo…) ¡Qué orgullosa debes sentirte por que tengamos que echarte de menos todo el tiempo…!
Todos juntos, hoy, celebramos tu victoria y no sobre la edad, sino sobre el afecto… Victoria Taibo, instantes, eternidades de una vida, a multiplicar por sentimientos, que nos has  inspirado y devuelto con creces.Y todo ello, y aún más, que ya callamos, Taibo Victoria, lo voy a reducir a tres palabras: ¡Cuánto te queremos…!”.  
El apuntador, no: porque no había.