Bale es un jugador de golf a quien el Madrid tiene en nómina como jugador de fútbol. Anda un poco doente porque el club quiere ponerlo en la calle y a él le encantan los campos –de golf, ¡eh!, que los de fútbol le dan igual– españoles, pero reniega de los del Reino Unido. Pero, algo tiene en su interior de futbolero, pues se queja de que a los profesionales del balón los tratan como a “robots. No puedes elegir qué hacer ni cuándo. Nos dicen todo; dónde hay que estar y a qué hora; lo que tienes que comer”. Será golfista, futbolista... pero al menos es valiente, porque para hablar de inteligencia, aunque sea artificial, pare referirse a un vestuario ya hay que tener valor.