El tiempo de gracia que se abre con el Año Santo Compostelano nos ha traído una nueva muy gratificante con la firma del Papa Francisco de que el Jubileo se va a prolongar a lo largo del año 2022. Una gracia especial que significa que la llegada de los peregrinos se prolongará durante 24 meses para poder acercarse hasta la remozada catedral de Santiago y alcanzar las gracias que otorga el Año Jubilar. Los datos facilitados al cierre del año 2020 señalan que se registró un descenso superior al 80 por ciento de peregrinos con respecto al año anterior.
En mis largos años de ejercicio profesional como periodista nunca había vivido una situación de esta índole. El Año Santo se inicia en la tarde del último día del año en curso, cuando se abre la Puerta Santa, la Puerta de la Gran Perdonanza, y se cierra también una tarde cuando han transcurridos los reglamentarios 365 días que señala el calendario.
En esta ocasión, y teniendo en cuenta las grandes limitaciones que nos impone la pandemia por culpa de la grave patología de la covid 19, el Papa Francisco nos recuerda: “al ponernos en camino tras las huellas del Apóstol salimos de nuestro propio yo, de esas seguridades a las que nos aferramos, pero teniendo clara nuestra meta, no somos errantes, que giran siempre en torno a sí mismos sin llegar a ninguna parte”.
Para el arzobispo de Santiago, máxima autoridad de la iglesia diocesana de Compostela, el Año Santo “no es una huida espiritualista sino un compromiso para discernir cristianamente la realidad, en medio de la crisis antropológica, espiritual, cultural y sanitaria en la que se han visto radicalmente sacudidas las certezas fundamentales que conforman la vida de los seres humanos”.
Galicia en general, y Santiago en particular, tiene que agradecer vivamente la decisión vaticana para que en lugar de doce meses los peregrinos puedan disponer de más tiempo y recorrer los múltiples caminos durante otros tantos meses más de gracia. Es una gran noticia que significa que vamos a disfrutar de dos años santos por uno. Algo que sin lugar a dudas van a agradecer las personas que lo están pasando tan mal económicamente por culpa del virus destructor de vidas. El Año Santo será fuente de riqueza para esta sociedad que tanto lleva sufriendo en los últimos meses, cuando vamos camino de cumplir el primer año de pandemia.