La Filarmónica y la OSG

La “Sociedad Filarmónica Ferrolana” vuelve a ser noticia musical tras su último concierto a cargo de la Sinfónica de Galicia, en clara apuesta por lo que se da a llamar “música contemporánea”, término con el que se acuña cierta parte de la producción musical de la segunda mitad del S.XX, si bien en la actualidad cada vez son más los Maestros que dan por concluidos estos procedimientos para reafirmarse en el intrínseco valor de la melodía y el valioso sistema tonal sobre el que los grandes compositores desde el Barroco han sabido construir la excelsa música que define el pensamiento occidental. Un programa por tanto nada “clásico” entre lo “clásico” que se inició con la obra del compositor húngaro Leó  Weiner, El Príncipe Csongor y los Duendes Op.10, basada en un relato fantástico pleno de simbolismo. 
Un estreno absoluto, del joven compositor coruñés Federico Mosquera Martínez vio su sueño acústico  sobre la escena del Auditorio ferrolano donde sonó su Concierto para Tuba con un solista de excepción, Jesper Boile Nielsen. Una obra de efecto a través del tratamiento de la percusión, de la diversidad rítmica, las sorpresivas cadencias o la propia tuba como protagonista, encontrando espacios sugerentes  sobre los que el solista pinta escenas misteriosas, subjetivas, imprecisas y otros momentos inquietos y perspicaces, toda una “exploración de agilidades”. 
En la segunda parte la Sinfonía Nº 2 “Le Double” de Henri Dutilleux... Nuevamente la Sinfónica apuesta por repertorios menos convencionales sobre los que la respuesta del público suele ser siempre la misma, entre lo que se sabe y se deja de saber y lo que gusta y deja de gustar, algo que conviene valorar para que el esfuerzo y la calidad que esta orquesta siempre garantiza pueda transmitirse con plenitud al  público al que va dirigido cada discurso musical ya que  él  es también… soberano. 

La Filarmónica y la OSG

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