Esquerda Unida se pronunció ayer, aunque sin renunciar a la estructura flotante a la que Bruselas ha puesto todo impedimento para su realización, a favor de un dique terrestre cubierto que permitiese abordar tareas en cualquier situación meteorológica. Un proyecto sin duda más serio y de más calado que el que ahora se defiende pero para el que también se darían las mismas restricciones comunitarias en materia de ayuda estatal. Una cuestión que, por lo que parece, no fue impedimento para que la industria automovilística francesa obtuviese el necesario respaldo público. El PSOE, por su parte, advierte de que las movilizaciones continuarán.