SI alguien le encargasen que describiese la inocencia sería muy difícil que pensase en el expresidente de la FIFA Joseph Blatter para utilizarlo como modelo. Sin embargo, el hombre que mandó sobre el fútbol mundial entre 1998 y 2015 se tiene a sí mismo por un dechado de virtudes, que nunca permitió ni la más mínima incorrección en la Federación Internacional. Todo lo contrario de lo que ocurría en la UEFA, donde asegura que fue testigo de sorteos trucados utilizando bolas frías y bolas calientes. Incluso explica que para bajarles la temperatura se metían un rato en la nevera. Menos mal, porque calentarlas dándoles un golpe de sartén... aunque seguro que a algún directivo cocinillas se le ocurrió.