Un Martes de Carnaval revelador

MARTES de Carnaval. El día amanece lluvioso; mala cosa. Habrá que suspender los actos en la plaza de España y trasladarlos al circo de María Pita. ¿A los despachos de los concejales? No, hombre, no, a la carpa instalada al pie del concello. Pero lo peor no es eso, sino que se mojará el momo y no va a haber forma de prenderle fuego en el entierro de la sardina. Un choqueiro que pasea por la calle de la Torre y que guarda cierto parecido con el papa Francisco, pero que no puede serlo, pues tiene la nariz colorada y lleva una copa en la mano, acaba con la preocupación incendiaria. El Momo no morirá abrasado en una pira; ha sido indultado y será la primera pieza de un museo que la Marea, nasía pa’ganá, abrirá en el parque de Bens y que se llamará la Casa del Herrero. Se trata de un proyecto secreto, pero está muy avanzado. La concejala de Bienestar Vegetal, María García, ya anduvo por allí analizando los niveles de herbicida tóxico. Y hasta ha sido nombrado el director; pero no me acuerdo cómo se llama, es un asesor del alcalde al que colocan en todas las comisiones para que cobre un poco más porque el sueldo de 35.000 euros del ala se le queda corto... Pues sí que puede que sea el papa, porque sus revelaciones han sido divinas.

Un Martes de Carnaval revelador

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