CADA sesión que se celebra del juicio por el caso “Gurtel” deja más claro lo bruto que es Francisco Correa, el cabecilla de la trama. Su desmesura es directamente proporcional a la cantidad de millones que manejó la red. Dos perlas de sus declaraciones son suficientes para darse cuenta de ello. Primera, con relación a sus negocios con Jesús Sepúlveda, exmarido de Ana Mato y ex alcalde de Pozuelo, afirmó: “Le hicimos algunas atenciones; la comunión y los cumpleaños de sus hijo... No era un coste, era un regalo”... ¡No era un coste! Pero si le pusieron un Jaguar con un lacito en el garaje. Y segunda, sobre la pasta que apiló: “No sabía que tenía tanto dinero en Suiza cuando me detuvieron. Me llevé una sorpresa”. ¡Menudo artista!