QUé fácil le pareció en su momento a los mareantes coruñeses aquello de acabar con el chabolismo. Años y años de diferentes gobiernos en María Pita no lo habían logrado y ellos, tan listiños, apostaban por acabar con los poblados en un plis plas y con la ayuda de alguna ONG. Ahora, se han dado de bruces con la realidad que es que todavía hay alrededor de 30 familias en la zona de A Pasaxe a la espera de conseguir ser realojados. Por si esto fuera poco, en su momento, abrieron un conflicto con Arteixo, a donde mandaron a algunos de los ocupantes de las infraviviendas herculinas y, además, el poblado de As Rañas no para de crecer sin que ni concejales ni ONG’s sean capaces de poner freno a la pasión constructiva que se da en la zona. La erradicación del chabolismo es una tarea compleja, es cierto, por ello, a lo mejor, es preferible optar por no ponerse medallas y trabajar a fondo y en silencio.