ESTá claro que es muy progre andar descamisado y en vaqueros, sobre todo si uno es político. Mareantes y demás emergentes han terminado por convertir esa indumentaria en su uniforme de trabajo. Eso sí, con excepciones, como por ejemplo hizo Alberto Garzón cuando se casó. Riguroso chaqué y exclusiva celebración para más de doscientos invitados en una también exclusiva bodega riojana, que se puede ser progre y tener clase. Por si no fuera suficiente, ahora andan en Twitter poniéndolo a caldo a cuenta del mes de vacaciones que se pasará en Nueva Zelanda. Casi nada. FOTO: Alberto Garzón y su mujer, de punta en blanco