LA pseudopeletera Silvia Cameán pasó de ser la gran esperanza blanca –¡una vez trabajó!– de la Marea, nasía pa’ganá, a una concejala acorde con el resto del equipo de Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, –¡cuánto daño hacen las malas compañías!–, que va de fracaso en fracaso. Si lo de las Becas USA del año pasado fue tremendo, de lo de la renta social –unha ferramenta para medrar– y su descapitalización es mejor ni hablar. Y lo peor es que cuando da la impresión de que va a remontar el vuelo y volver a ser lo que fue –mejor dicho lo que parecía que iba a ser– viene otra debacle. Anunció una inversión “histórica” para esta edición de las Becas USA y la verdad es que hasta tenía razón, pues se pasaba de 350.000 euros a 650.000, es decir, casi el doble, lo que hacía pensar que también se duplicaría el número de beneficiarios, pero, qué va, se pasa de cincuenta plazas a sesenta. Es verdad que Cameán es de letras, pero semejante descuadre es sorprendente hasta proviniendo de la xente do común.