VIVIR en Canarias supone contar con una hora de ventaja sobre la península; puede parecer una tontería pero sesenta minutos dan para mucho. Por ejemplo, cuando se trata de innovar, como ha hecho el magistrado de Las Palmas que impuso a un joven la obligación de piropear a la Policía Local para librarse de una acusación por insultar al Cuerpo en Twitter. Para que después digan que los jueces son unos seres que viven en el jurásico.