Jamal Khashoggi, periodista saudí crítico con su gobierno, asesinado en el Consulado de Arabia Saudita en Estambul, jamás recibirá el premio José Couso a la Libertad de Prensa, porque está muerto. Tampoco Couso podría, pese a llevar su nombre, porque está mueto: Parece broma pero es así. Según las bases del premio Couso, establecidas por el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia “Ninguna persona muerta puede recibirlo”. ¡Hay que joderse! Sin embargo, en las dos últimas ediciones se concedió a periodistas, afortunadamente vivos con un brillante currículo profesional, que jamás despegaron el culo de su asiento ni pusieron su vida en juego, luchando por la libertad de prensa. ¿Por qué fue así? ¡Yo que carallo sé! ¿Quizá por no ser vistoso premiar a quienes arriesgaron y perdieron su vida al defender el derecho a la libertad de prensa? Nenos: Si sienten curiosidad malsana, pregunten al Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia si son “muetófobos”, o es un premio de, y para vivos.