El quechua

El quechua, de testa coronada con grelos, contemplando el fantástico paisaje desde el santuario Huayana Picchu (en Perú, entrando a mano izquierda), tuvo una revelación y, cayendo en trance, dijo: Prepararsus: voy a mantener los 400 euros al mes a los parados sin otra percepción, hasta que el paro baje al 20%.

Y, con un par, después levitó. Y digo yo: ¿no podría haber ido a Lourdes o a Fátima, o incluso al Vaticano, que caen más cerca, y además nos habría salido más barato? Parece que no, porque los quechuas son muy suyos, y la ambientación tiene su trascendencia. Pero a mí me parece que, si la subvención de 2.000 euros a la compra de coches alegró a fabricantes, y el estado ganó en impuestos mucho más de lo que invirtió, ¿por qué no hacer lo propio con la contratación de parados, en lugar de mal pagarles 400 euros? Podrían trabajar, tributar, pagar, y consumir. Mariano: quédate en el Machu Picchu.

 

El quechua

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