HOY, MILAGRO

Pues en este mundo descosido, harapiento e insolidario a veces brillan estrellas entre tanta negrura. Agotado el mercado de trabajo, sin crédito ni economía productiva, acojonados ante el porvenir, sosiega y conforta el ánimo un rayo de luz. Hoy nuestra columna glosa a la genética; fe, tesón, fuerza y trabajos experimentales conseguidos. No hay otra fórmula química. Díganselo al convecino Amancio Ortega encaramado en el quinto ATP de la riqueza mundial.


De la misma forma, salvadas distancias inconmensurables, sin aceleraciones, con juventud y saber hacer un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas –capitaneado por Manuel Serrano– ha conseguido en lucha desigual uno de los genes básicos como escudo contra el cáncer al tiempo que alarga la vida y combate la obesidad.


Un personaje de cómic investido héroe de nuestro tiempo. El mito del doctor Fausto escrito por este Goethe español. También –superando prótesis, silicona, estiramientos, regímenes dietéticos– un milagroso escultor genético para hacernos más hermosos y apuestos. Pero esto de “milagro” no tiene buena prensa en los días que corren.
El diccionario (María Moliner) empuja al asombro: suceso que ocurre contra las leyes de la naturaleza. Mi memoria de bachillerato: hecho sensible, ocular, superior… Ahí se mezcla con el cine italiano y su milagro en Milán, Berlanga con jueves milagrosos o Buero Vallejo tejiendo sueños.


Todavía por aquí abajo, pese a todos los incordiantes que pugnan por estropearnos días felices, alguien como este cordial y magnífico Manolo nos echa una mano de vez en cuando… Todos los amaneceres son regalados y riegan esperanzas. Es difícil y complicado encontrarlas. Sin embargo, aún en el fracaso podemos encontrar fuerzas para subsistir danto testimonio de entereza, dignidad y libertad.

HOY, MILAGRO

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