Los muchos raseros de Torra

Tiene mucha razón Torra. Más que un santo. Es normal que el presidente de la Generalitat ponga el grito en el cielo después de que en un pueblecito de Andalucía se les haya ocurrido quemar un muñeco hecho a imagen y semejanza de Puigdemont. Hasta la fiscalía piensa ir el molt honorable para salvar de semejante ultraje a su predecesor, que desde Waterloo seguro que sigue con intranquilidad los acontecimientos. Eso sí, de paso, podría también denunciar la situación que viven los partidos no secesionistas en Cataluña, con ataques contra sus sedes o insultos a sus simpatizantes. O será que eso no le importa nada a Torra.

Los muchos raseros de Torra

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