EL TRABAJO ABSURDO

Del metomentodo Sísifo habla Herodoto. Un mortal, sabio y prudente que, entre otras muchas diabluras, reveló el rapto de Egina por Zeus y nada menos que encadenó a la muerte… Por ello, deportado a los infiernos, fue también castigado a subir hasta la cima de una montaña una gran roca que, inevitablemente, rodará al llano. Y así vuelta a empezar un trabajo inútil y sin esperanza.

Albert Camus escribió un breve ensayo sobre este mito que completó después con “El hombre rebelde”. Pese a ello, este proletario de la corte celestial sabe superar su miserable situación reflexionando que el destino puede vencerse con desprecio. El absurdo configura el drama. Rebelión. Fortaleza. Libertad. Alucinaciones.

Fenómenos a pie de calle para indagar qué sucede en La Coruña y porqué sucede. Acaso los dioses de ruta turística y cansados de nuestras corporaciones municipales pretenden cegarnos por los líos morrocotudos y atascos irresolubles generados. Primero fue la locura de romper aceras y construirlas de nuevo aun cuando estuvieran en perfectas condiciones. Había que gastar a lo loco cuando debieron buscarse otras inversiones más rentables … A la sazón, con situaciones equivalentes de pesimismo y desolación, sin un mal euro que echarnos al bolsillo, nuestros ediles han dado en cambiar los enlosados del Paseo Marítimo y otras fiestas de guardar como General Sanjurjo y Orillamar. ¡Hála, a lo loco! Todo manga por hombro!

Confieso mis pocas luces para entender tal manera de conducirse. Como hijo de la tierra flaquea mi ánimo. No puedo entender en otros términos racionales. Yo quisiera que nuestros concejales calibraran la perspectiva de los ciudadanos herculinos a los que sirven en orden a satisfacer racionalmente los problemas diarios a los que se enfrenta la ciudad.

EL TRABAJO ABSURDO

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