SI la alcaldesa de Mondoñedo, la pepera Elena Candia, pasó a la historia con el alcume de La Efímera por su cortísima permanencia en la presidencia de la Diputación de Lugo, ya que fue investida el 24 de junio de 2015 y desalojada del despacho el 8 de octubre –¡qué poco aprendió de Cacharro Pardo, virrey perpetuo de la provincia!– va a haber que consultar con los lingüistas cuál es el alcume más axeitado para Daniel Díaz Grandío, el concejal de Movilidad Sostenible–parece una broma que la Marea, nasía pa’ganá, tenga el valor de mantener un departamento con semejante denominación–, pues es capaz de hacer una cosa y su contraria con la misma soltura. Consiguió tener vacío durante cerca de tres años el aparcamiento disuasorio de Lonzas y, en cambio, en solo dos semanas ha logrado que las nuevas taquillas de la estación de autobuses estén estropeadas. Qué pena que Dario Villanueva ya haya dejado la dirección de la Real Academia Española, seguro que daba con el adjetivo perfecto en castellano y en gallego para definir al edil. FOTO: las inservibles taquillas de la estación de autobuses | aec