Quince años después de que el “Prestige””vertiese al mar unas 63.000 toneladas de fuel y generase una marea negra que afectó a la costa gallega y a las de Asturias, Cantabria y Francia, expertos consideran que aún hay “lecciones por aprender”. Así, piden un organismo único que “tome las decisiones” ante este tipo de catástrofes ambientales que esté por encima de “intereses locales, regionales, nacionales o internacionales”.
“Aprendimos en señalización, en una eliminación y mayor control de los buques que no cuentan con las condiciones para transportar mercancías peligrosas o a poner en marcha listas negras de embarcaciones”, recuerda el que fue presidente de la Xunta entre 1987 y 1990 y de Puertos del Estado, Fernando González Laxe.
Con todo, lamenta que haya muchas cuestiones “por resolver” como el hecho de que quince años después aún no haya un organismo encargado de “tomar las decisiones” de carácter “técnico” y que se encuentre “por encima de lo que son los intereses locales, regionales, nacionales o internacionales”.
La posición del también catedrático de Economía Aplicada es compartida por otros conocedores de la seguridad marítima como el almirante Fernando del Pozo, que desempeñó importantes cargos la dirección del Estado Mayor Internacional de la OTAN. Así, critica que lo “único que se haya hecho” en “todo este tiempo” a través de documentos como la Estrategia de Seguridad Marítima Nacional sea “crear un consejo de seguridad”. En su opinión, este tipo de órganos no son “operativos” ante problemas que afectan a la seguridad en el mar.
Además, se mostró “crítico” acerca de “cómo se gestionó la catástrofe” en 2002 y sobre “muchas de las medidas que se tomaron a continuación”. De este modo, aunque reconoce que el accidente sirvió para poner en marcha la Estrategia de Seguridad Marítima Nacional califica de “dispendio” que se territorializasen los medios por la “falta de eficiencia” que, a su juicio, ello apareja.
El Dispositivo de Separación de Tráfico de Fisterra detectó en 2016 un total de 37.126 barcos, de los que 12.786 transportaban mercancías peligrosas. Tras el accidente, la normativa internacional obliga a que todos las embarcaciones comuniquen su presencia al Servicio de Tráfico Marítimo.