Definir las reuniones de BNI para alguien que nunca ha asistido a una resulta más complicado de lo que parece. De un modo un tanto cinematográfico combina las virtudes de un encuentro de negocios, un curso de ventas y un grupo de apoyo, y todo desde una perspectiva muy local. Podría decirse que es una comunidad de empresarios que se congrega semanalmente para ayudarse los unos a los otros por medio de contactos de confianza. La idea gira en torno al concepto anglosajón del “networking”, o lo que es lo mismo, tejer una red de personas que pueden asistirse mutuamente con sus respectivos negocios, de modo que el compromiso común resulta en un beneficio para todos.
Business Network International (BNI) nació en Estados Unidos en 1985 por parte de Iván Misner, un emprendedor de Austin, Texas. Esta compañía, que en la actualidad tiene registrados 233.000 miembros por todo el mundo divididos en 8.399 grupos, cuenta con dos “capítulos” en Ferrol: Albatros y Eureka. Cada uno de ellos se reúne un día diferente –jueves y viernes, respectivamente– y siempre a las siete de la mañana para no robar ni un minuto del tiempo que cada uno de sus afiliados dedica a su negocio. “Esto nació en Estados Unidos hace 33 años cuando una persona perdió a uno de sus mejores clientes y habló con empresas de su entorno para tratar de colaborar”, explica Francisco Loureiro, el actual presidente del grupo, un cargo que rota cada seis meses; “hoy, aquí en Galicia, somos del orden de 28 o 29 grupos, aproximadamente unas 900 empresas”.
El grupo Albatros, el primero fundado en Ferrol el 23 de diciembre de 2015 –Eureka lo hizo el 10 de febrero de 2017–, cuenta con 59 miembros y, tras casi tres años de actividad, se ha situado en la primera posición de toda España. “La filosofía es el Giver’s Game, cuanto más ayudes, más te ayudarán”, detalla Loureiro, “entonces lo que buscamos aquí es abrir esa puerta hacia ese cliente al que a veces es difícil llegar y que si vas de la mano de algún compañero es mucho más fácil que esa puerta se abra. No siempre consigues vender pero bueno, no es lo mismo ir directamente que tener un contacto”.
Orientado hacia los resultados
La filosofía de los grupos BNI parte del compromiso de sus miembros; uno debe esforzarse para después beneficiarse. De nada sirve asistir a una reunión si no se cumplen las cuotas de referencias –ocho por sesión–, pudiendo llegar a ser expulsado del grupo de adquirir una postura abiertamente pasiva. Todo está cuantificado y registrado, desde el número de contactos que un miembro genera hasta el beneficio generado por la colaboración de todos ellos. Y es que no se trata solo de exponer tu negocio, qué ofreces, sino también qué necesitas y en qué podría ayudarte al resto.
Asistir a una reunión, especialmente en Ferrol, es toda una experiencia. Un invitado podrá ver desde a un empresario destrozando su móvil contra el suelo para demostrar que puede arreglarlo hasta otro recitando un jocoso poema para vender sus quesos; asistirá a charlas informativas y participará en dinámicas de grupo para afianzar los lazos existentes entre todos los miembros. En definitiva, una curiosa vivencia. Sin embargo resulta muy revitalizante, muy grato, ver a un grupo de emprendedores de un área tan tradicional–desde una perspectiva empresarial– como Ferrol poner tanto esfuerzo en modernizar y mejorar su modelo de negocio, de asumir que existe otra forma de hacer las cosas y que la ciudad naval es un lugar tan bueno como otro para hacerlo posible. l