El Racing aplica su fórmula

El Racing aplica
su fórmula
Villarejo y Pablo Rey intentan arrebatarle la pelota a un rival durante el partido de ayer | xesús ponte/el progreso

Fue lo mejor de un partido, el que lo enfrentó al Polvorín, en el que el equipo ferrolano no sacó a la luz su mejor versión, pero sí mostró algunas de las señas de identidad que lo distinguen: seguridad defensiva y capacidad para marcar en casi cualquier partido. Es la fórmula que permite estar en lo más alto de la tabla clasificatoria.

Le costó al Racing entrar en calor en un partido que jugó en un escenario favorable pero ante un rival que no le hizo ascos a la posibilidad de manejar la pelota. Así, aunque el talento del filial del Lugo hizo que empezase controlando la posesión, sus errores permitieron al cuadro verde disponer de la primera gran ocasión, un balón en largo al desmarque de Joselu que permitió al delantero plantarse solo ante la portería rival y hacer lo que parecía más difícil: enviar la pelota fuera.


Fue la mejor ocasión de una primera parte jugada de poder a poder y en la que las ocasiones escasearon. Sin embargo, cuando parecía que al descanso se iba a llegar con el marcador inicial, un penalti sobre Armental, transformado por Pablo Rey, permitió al equipo ferrolano irse en ventaja.

Decisión
No tardaron las cosas en ponerse más de cara para el Racing gracias a otro error de juventud del Polvorín. Dos tarjetas casi consecutivas para el centrocampista Manu dejaron el cuadro lucense en inferioridad numérca cuando no se habían jugado ni diez minutos de la segunda parte. Y, a pesar de que nada más entrar en esta situación el Polvorín llegó con cierto peligro cerca de la portería visitante, enseguida el cuadro verde tomó el control absoluto de la situación.


El Racing, de hecho, dispuso de ocasiones –y muy claras–para ampliar su ventaja (un cabezazo de Pablo Rey al poste, un disparo de Sanmartín que también se estrelló y varias acciones que no acabaron en gol por un mal último pase). Lo raro, de hecho, fue que el marcador no estuviese sentenciado al llegar al tramo final. Y el Polvorín lo aprovechó para quemar sus últimos cartuchos en busca del empate.

Los últimos minutos, de hecho, tuvieron menos control de lo que al equipo ferrolano le habría gustado porque el filial del Lugo, a pesar de su inferioridad numérica, no se cortó a la hora de buscar la portería visitante. Este relativo dominio, sin embargo, no llegó a traducirse en ocasiones claras –solo algún tiro esporádico–, así que no evitó que el cuadro verde volviese a la senda del triunfo.

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