El presidente de EE.UU., Donald Trump, insistió en que habrá una vacuna antiCovid-19 “en cuestión de semanas”, mientras que el candidato demócrata Joe Biden, advirtió de que al país le espera “un invierno oscuro” por la pandemia y denunció que su rival “no tiene un plan claro”.
Los dos candidatos dibujaron un panorama completamente diferente del reto que enfrenta EE.UU. por la pandemia al comienzo del segundo y último debate previo a las elecciones del 3 de noviembre.
“Creo que habrá una vacuna dentro de semanas, y será distribuida muy rápido. Está lista”, aseguró Trump.
Interpelado por la moderadora del debate, Kristen Welker, el presidente reconoció que no tiene “garantías” de que la vacuna vaya a distribuirse en ese plazo, pero enseguida insistió en que cree que llegará “antes de acabar el año”, a pesar de que muchos científicos apuntan a 2021.
Lo están haciendo muy bien
Al ser preguntado sobre cuál será la farmacéutica que lo conseguirá, Trump respondió: “Johnson&Johnson lo está haciendo muy bien, Moderna lo está haciendo muy bien, Pfizer lo está haciendo muy bien”, y citó también los ensayos clínicos que se están desarrollando en Europa.
Trump confiaba en poder anunciar una vacuna antes de las elecciones de noviembre, pero quedó claro que los ensayos clínicos que se desarrollan en su país no tendrán esa preparación lista para esa fecha.
Por su parte, Biden acusó a Trump de no asumir “responsabilidad” por el impacto de la pandemia en Estados Unidos, el país del mundo con más casos de Covid-19 y con más de 220.000 fallecidos, y sentenció: “Cualquiera que sea responsable por tantas muertes no debería permanecer como presidente”. “Estamos a punto de entrar en un invierno oscuro, y él no tiene un plan claro” para combatir el Covid-19, subrayó.
“(Trump) dice que la gente está aprendiendo a vivir con esto, ¡increíble! Estamos muriendo con esto”, agregó.
El presidente replicó que él no cree que Estados Unidos vaya a tener un invierno oscuro “para nada”, e insistió: “No podemos cerrar nuestra nación”.
Preocupaciones en Europa
Mientras, el último Eurobarómetro señala que la inversión en tratamientos y vacunas contra el Covid-19 y la preparación de una estrategia para enfrentar crisis similares en un futuro son las dos prioridades que deberían tener más protagonismo en la respuesta europea a la pandemia, según los europeos encuestados en el último Eurobarómetro.
Ambas opciones fueron seleccionadas por un 37% de los participantes cuando se les preguntó por las tres prioridades que, a su parecer, debe adoptar la Unión Europea a la hora de responder a la pandemia, seguidas del desarrollo de una política sanitaria a nivel europeo.
Los españoles, por su parte, dan más importancia que la media europea (39% frente a 37%) al desarrollo de los recursos financieros para obtener tratamientos y vacunas, y menos (32% frente a 37%) a la preparación de una estrategia para futuras crisis similares a la del coronavirus.
Otras medidas de respuesta a la crisis, que mencionan un 20% de los encuestados, son un incremento del apoyo financiero a las regiones más afectadas y un control más estricto de las fronteras exteriores de la UE.
Un 35% de los encuestados mencionó la situación económica como uno de los más graves problemas a los que se enfrenta la Unión Europea en este momento, un incremento de 19 puntos porcentuales respecto a otoño del año pasado que le impulsa desde la tercera hasta la primera posición entre los asuntos más urgentes que, según los ciudadanos, afronta la UE.
El porcentaje de europeos que creen que la situación de su economía nacional es buena cayó 13 puntos porcentuales hasta un 34%, mientras que los que responden que es mala se disparó.
En España, un 88% ve la situación económica mala y apenas un 11% la considera buena.
En este sentido, un 55% de los españoles creen que la economía española no se recuperará de los efectos adversos que ha causado el coronavirus “hasta 2023 o más tarde”, frente a un 42% de la media europea que plantea estos plazos.
A nivel comunitario, más participantes “tienden a desconfiar” de la UE (49%) que los que “tienden a confiar” (43%), aunque estas tasas son más elevadas que las de la confianza en los gobiernos.