El partido de treintaidosavos de final de la Copa del Rey de la temporada 03/04 que enfrentó al Racing con el Alavés fue el primero de carácter oficial que Pablo Rey disputó con la camiseta racinguista. Ahora, casi catorce años después, el jugador ferrolano se encuentra a uno de llegar a los 300 –repartidos en las once temporadas en las que ha formado parte de la primera plantilla–. Su primera convocatoria, de todas maneras, data de la campaña 01/02, en Segunda, cuando Luis César lo llamó para formar parte de la citación para el encuentro de la cuarta jornada contra el Polideportivo Ejido–.
“Es raro ver a alguien tanto tiempo en un mismo club”, reconoce cuando se le pregunta si cuando debutó con el Racing se imaginaba llegar a esta situación. “Pero la mayor suerte es vivirlo en el club de tu casa, rodeado de tu familia y de tus amigos. Y también de la afición, que cada domingo me apoya”, comenta. Por eso, a punto de llegar a los trescientos partidos con el Racing, al jugador ferrolano se le pasan por la cabeza todas las cosas que vivió en su seno. “Pero me quedo con los buenos recuerdos, que me hacen estar orgulloso de todo lo conseguido”, dice al respecto Pablo Rey.
Ascensos
Entre estos buenos recuerdos sobresalen los dos ascensos a Segunda que vivió –temporadas 03/04 y 07/08– cuando su protagonismo en el equipo era menor. Por eso para él el más especial es el logrado a Segunda B en la campaña 12/13. “Era casi una obligación”, recuerda el jugador, que esa campaña solo se perdieron dos partidos. “Es que ese año el equipo jugó muy bien, consiguió unos números impresionantes y puso la guinda ascendiendo. Además, el partido del ascenso fue precioso, con el estadio de A Malata prácticamente lleno”, dice el futbolista ferrolano.
De los malos se queda con el descenso a Tercera vivido en la temporada 09/10, en la que llegó al Racing en el mercado invernal. “Ni a mí ni a nadie le gusta perder la categoría”, comenta cuando echa la vista atrás y piensa en una temporada en la que “nos fuimos metiendo abajo y cada semana era una agonía, porque ves que no eres capaz de sumar puntos y no consigues el objetivo que tienes de salvarte”.
Pero llegar a los 300 partidos con la camiseta del Racing no frena la ambición de Pablo Rey, que mantiene las ganas de jugar más. “Ahora mismo estoy muy bien y mi cuerpo y mis piernas dirán hasta dónde aguanto. Y, sobre todo, el seguir motivado, que es lo primordial. El día en que no sienta motivación por ir a entrenar o por afrontar el partido de los domingos, ni me planteará seguir”, dice el capitán verde.