Ninguno de los peritos y médicos forenses que prestaron ayer declaración en la sexta sesión del juicio en el que se le imputa a Maximino Caruncho la muerte de Juan José García Cheda, afirmaron que el atropello, que se saldó con la vida de este último, pudiera ser “intencionado”, puesto que las lesiones de la víctima son “compatibles” con las dos hipótesis.
En este sentido, la vista de ayer arrojó más luz a la posibilidad de que podría haberse tratado de un accidente, teniendo en cuenta, además, que la acusación por asesinato se basa en la mala relación que víctima y acusado tenían desde años antes de que se produjeran los hechos, en agosto de 2012, y no en pruebas objetivas sobre el siniestro.
Dos de los peritos que declararon en la jornada de ayer –ingenieros industriales y especialistas en reconstrucciones de accidentes de tráfico– presentaron los informes realizados valiéndose de “los datos técnicos que figuran en los atestados”, tanto de la Policía Local como de la Guardia Civil y la documentación forense. En esta línea, uno de los especialistas destacó que la tesis de Tráfico sobre que “si un coche golpea a un cuerpo éste va a seguir la trayectoria que llevaba el vehículo” en cualquiera de las circunstancias es empíricamente falsa.
sí hubo frenazo
“No veo ningún elemento que sugiera una intencionalidad en el atropello”, insistió este perito que, según destacó en su presentación, cuenta con varios programas informáticos “más precisos de los que dispone la Guardia Civil”. De hecho, apuntaron ambos técnicos, en ocasiones el cuerpo armado cuenta con ellos a la hora de instruir o ayudar a los agentes de tráfico en la reconstrucción de siniestros.
Y es que las disonancias entre los informes elaborados por ambos cuerpos han servido a los letrados para tratar de desacreditar a las otras partes. Cabe recordar que Tráfico se inclina a pensar que se trató de un atropello intencionado –conclusión derivada, en parte, de las más de 80 denuncias que uno presentó contra el otro– mientras que la Policía Local cree que se trató de un accidente.
Sin embargo, este último documento pericial presentado a petición de la defensa se basa exclusivamente en evidencias físicas y establece que el conductor sí frenó, por las marcas en la calzada –que no son de color negro porque se trataba de un vehículo con ABS, según el especialista–. Además, por el lugar en el que cayeron los cristales del foco derecho delantero, el atropello tuvo que producirse en plena calzada y no en la parte más cercana a la acera.
Está previsto que hoy las partes lean sus conclusiones finales y se pueda saber si el Ministerio Fiscal mantiene su petición de 21 años de prisión -por asesinato y obstrucción a la justicia- o si la cambia en base a las pruebas aportadas a lo largo del juicio.