Hasta la tanda de penaltis del partido ante al Silva no apareció la mejor versión del Racing. Antes, durante novena minutos, el equipo ferrolano no había sido capaz de demostrar la teórica superioridad que implica jugar una categoría por encima. Al contrario, le faltaron cosas, bastante cosas, para resolver su pase a los cuartos de final de la Copa Diputación antes de una serie de lanzamientos desde los once metros en la que el portero racinguista Mackay se convirtió en protagonista con dos paradas, unidas al acierto de los cuatro lanzadores racinguistas.
El portero ya había tenido una importante cuota de protagonismo en las llegadas del Silva en los primeros minutos, derivadas de las imprecisiones cometidas por el Racing. Una, dos y hasta tres veces tuvo que intervenir el meta racinguista para abortar las ocasiones generadas por un equipo herculino que, a pesar de asumir su teórica inferioridad, no dejó escapar la posibilidad de crear peligro a través de la velocidad que empleaba cada vez que recuperaba la pelota.
El paso de los minutos, sin embargo, fue tranquilizando la situación. Puede que incluso demasiado, ya que después de que el Racing solventase los desajustes que había cometido antes, las llegadas del Silva pasaron a ser casi inexistentes. Sin embargo, con el control absoluto de la posesión, el equipo ferrolano echó en falta tener más velocidad a la hora de mover la pelota para crear unas ocasiones, y tampoco muy claras, que solo llegaron a través rechaces –Armental mandó fuera una pelota que había quedado suelta en el área local– o de lanzamientos lejanos –Aitor Pascual lo intentó desde la frontal, pero su disparo se fue muy alto–.
Continuidad
Los cambios que el Racing realizó para la segunda parte no se tradujeron en una mayor presencia cerca de la portería rival. Todo lo contrario, porque las llegadas visitantes fueron casi inexistentes y, por contra, el Silva creó algo de incertidumbre bien a través de acciones a balón parado a apovechando al contraataque los espacios que dejaba su rival, como pasó con un disparo de Douglas que se fue excesivamente alto.
A medida que los minutos iban pasando, el partido parecía no tener más solución que la tanda de penaltis para decidir cuál de los dos contendientes iba a pasar de ronda. Y eso que el cuadro verde fue adelantado posiciones –a través de las subidas de los jugadores de banda–, pero en realidad eso apenas se tradujo en ocasiones para marcar –un disparo de Pablo Rey desde dentro del área, tras un balón suelto, que se machó alto fue la mejor de todas–.
Así que el encuentro se decidió desde los once metros. Y ahí el Racing estuvo mejor. Dos paradas de Mackay y el acierto de los cuatro lanzadores racinguitas selló la clasificacion. l