Dicen que el siete es el número mágico, pero para Elton John debe ser el setenta porque los setenta fueron su época dorada y ahora, que precisamente ha cumplido 70 años, ha vuelto a aquellos buenos tiempos en el concierto rotundo y lleno de grandes éxitos que ha ofrecido hoy en Palau Sant Jordi de Barcelona.
A modo de anuncio de por dónde iban a ir los tiros, el espectáculo ha empezado con “The Bich Is Back”, (“La zorra ha vuelto”), un tema de los setenta cuya letra escribió su amigo Bernie Taupin para que Elton John la cantara en primera persona.
Ante las más de 15.000 personas que han llenado el Palau Sant Jordi, Sir Elton John ha escenificado la vuelta de la zorra vestido con una levita negra con lentejuelas y sentado al piano, con seguridad, elegancia y una fuerza interpretativa fuera de dudas.
“Bennie and the Jets”, “I Guess That’s Why They Call It the Blues”, “Take Me to the Pilot” y “Daniel” son los temas de los setenta que han sucedido a “The Bich is Back”.
Tras ellos han llegado los dos únicos cortes que ha incluido en el repertorio del disco que da nombre a la gira: “Looking Up” y “A Good Heart”; y es que, aunque la gira se llama “Wonderful Crazy Nigth”, como su último disco con temas nuevos, debería llamarse “Diamonds”, como la colección de grandes éxitos que acaba de publicar.
“Diamonds” coincide con el 50 aniversario de la asociación artística de John y Taupin, dos creadores que cruzaron sus carreras profesionales en 1967 gracias al anuncio en una revista musical y que se han convertido en una de las parejas artísticas más fructíferas y longevas del último medio siglo.
Así lo demuestran algunos de los temas legendarios que han sonado hoy en Barcelona: “Rocket Man”, “Goodbye Yellow Brick Road”, “Your Song” y “Crocodile Rock”.
Un recorrido por los setenta que el británico ha roto para visitar el siglo XXI con “I Want Love”, la canción con la que ha rendido homenaje a las víctimas de los atentados “en conciertos, mercados y calles”.
“En los últimos años hay tantas muertes que no lo puedo soportar. Quiero que mis hijos crezcan en un mundo más tolerante que éste en el que vivimos”, ha dicho en Barcelona, ciudad que sufrió un sangriento atentado hace tres meses.
Tras este recuerdo a las víctimas, ha llegado uno de los momentos álgidos del concierto, un solo de piano de Elton John cargado de energía y talento, que ha logrado poner en pie al público, cosa nada fácil porque, durante la mayor parte del recital, el auditorio ha estado muy entregado pero poco expresivo.
Cómodamente sentados en sus sillas, los espectadores, prácticamente todos nacidos antes que las canciones interpretadas hoy, han preferido que la procesión fuera por dentro, mientras la voz de Elton John, que ya no tiene los agudos de su juventud pero no ha perdido fuerza, llegaba a cada rincón del estadio, perfectamente integrada en la magnífica banda que dirige Davey Johnstone.
Pero en el tramo final del concierto, el rock ha ganado protagonismo con “Crocodile Rock” y “Saturday Night’s Alright for Fighting”, y el público ha sentido un resorte que le ha obligado a abandonar sus asientos.
Con el público totalmente conquistado, Elton John ha abandonado el escenario y, tras unos minutos, ha vuelto para cantar un solo tema más: “Candle in the Wind”, la canción que le unió para siempre a la memoria de Lady Di y que ha cerrado el concierto, con el estadio en pie y las luces de los móviles en alto.