En abril de 2011 los comités de Navantia Ferrol y Fene emprendieron las movilizaciones en demanda de carga de trabajo anunciando su intención de no detenerse hasta lograr su objetivo. Dos años después, las plantillas vivieron su enésima jornada de lucha sin que la compañía pública haya podido poner fecha al inicio de ninguna obra y con el telón de fondo de la negociación de un convenio colectivo que, de cumplirse la propuesta patronal, significará un retroceso de décadas en la historia de conquistas sociales de los astilleros ferrolanos. Por primera vez, además, el número de empleos perdidos en las industrias auxiliares supera al de los que se mantienen todavía vigentes: 2.200 frente a 1.900, según los datos aportados desde el comité.
Unos 2.500 operarios, de la principal y las auxiliares, salieron del astillero a las 10.30 horas para bloquear durante dos horas el tráfico en la avenida de Esteiro, desde el Diapasón hasta Taxonera. Obreros con el rostro cubierto colocaron en tres ocasiones, al paso de la manifestación, barricadas de neumáticos que prendieron con gasolina y levantaron gruesas columnas de humo negro. La protesta discurrió sin incidentes.
"os responsables son eles"
El portavoz del comité de Navantia Ferrol, Ignacio Naveiras, calificó como una tomadura de pelo la visita de Núñez Feijóo a México, de donde volvió sin fecha para el inicio de la construcción del flotel de Pemex, y el hecho de que todavía se vaya a tramitar ahora la consulta a Bruselas, dos meses después de que se acordase. “É unha falta de respecto total e absoluto, precisamente cando se quere responsabilizar aos traballadores da falta de actividade, cando os responsables son eles”, señaló el representante sindical, que criticó que las declaraciones realizadas sobre Venezuela por el ministro de Exteriores, García-Margallo, pueden suponer que Navantia se quede sin un contrato “importantísimo” que llevaría ocupación a los astilleros de Cádiz. También se refirió a la pérdida del encargo de un buque logístico en Noruega por presentar un proyecto valorado en unos 30 millones por encima del precio que exigía el cliente y subrayó que “aínda que os traballadores non cobraran os seus salarios, seguiriamos fóra do concurso”.
Naveiras señaló a los gestores de Navantia. “Ou descoñecen como funciona o sector ou están a facelo a propósito para buscar unha tormenta perfecta que xustifique os recortes de dereitos”, dijo, criticando en particular la falta de información que se da en la compañía estatal. Mientras se discute si la Iglesia Católica ha de entrar en la ley de transparencia, indicó, “nunha empresa pública como a nosa, non temos coñecemento dos salarios que cobran os máximos responsables ou de como evolucionan certas plantillas e que filtros pasaron as últimas incorporacións, a base de amiguismos”.
En esta situación, dijo Naveiras, se presenta una propuesta para el convenio colectivo que ataca directamente los derechos sociales consolidados por los trabajadores a lo largo de décadas. “É unha pura declaración ideolóxica”, apuntó, para afirmar tajante a continuación que las medidas planteadas no tendrán ninguna repercusión, como se pretende, en una mejora de la competitividad de la compañía.
Mientras los obreros de Ferrol cortaban el tráfico en Esteiro, los de Fene secundaron también dos horas de paro dentro concentrándose primero ante el antiguo edificio de dirección y después en uno de los diques del astillero, donde no se coloca una quilla desde hace diez años.
La próxima movilización, en el nuevo calendario que secundan todas las factorías del grupo, será la del jueves 25.