El retraso en las anidaciones pone en peligro a las píllaras de las dunas

El retraso en las anidaciones pone en peligro a las píllaras de las dunas
La zona dunar de Doniños es una de las pocas de la comarca en la que en los últimos años anidan los chorlitejos | daniel alexandre

La píllara de las dunas que había vuelto a criar en las playas ferrolanas se encuentra este año con nuevos problemas a los ya añadidos de lucha por la supervivencia a los que debe enfrentarse cada temporada. Las “causas naturales” han hecho desaparecer los cinco nidos que ya se podían ver en los arenales en los que, en los últimos años, anida esta especie, conocida también como chorlitejo común –Doniños, San Xurxo-Esmelle y A Frouxeira–, por lo que si el año pasado ya había en torno a una docena de huevos a finales de mayo, este la situación es mucho peor.

Las anidaciones se retrasaron previsiblemente por el mal tiempo y posteriormente los nidos fueron destruidos sin intermediación del hombre, lo positivo es que, tal y como explica el responsable de la Sociedade Galega de Historia Natural, Juan Rodríguez Silvar, en los últimos dos días ya ha habido nuevas puestas, tal y como lo confirman los agentes ambientales de la Xunta, que son los encargados de controlar las apariciones de esta especie en peligro de extinción.

Aunque las píllaras de las dunas siempre tienen que enfrentarse a problemas vinculados con que sus anidaciones se producen en las zonas dunares y playas, muchas de ellas altamente frecuentadas en verano, la situación es este año más problemática. Esto es debido a que la época de cría es de marzo a agosto y cuando empieza la temporada de playa ya hay crías a punto de volar –hasta que tiene 21 días de vida no abandonan tierra firme–, el retraso de este año y las puestas fallidas han hecho que cuando comience la temporada alta –el 15 de junio oficialmente– todavía puedan estar criando estas aves y durante todo el verano tengan que vencer el “estrés” de los visitantes humanos y animales de cuatro patas.

El lado positivo, tal y como explica Rodríguez Silvar, está en que “é unha especie que volve repoñer e sigue poñendo ovos e intentando que saian adiante as crías”. La conservación de la especie pasa por que se logren las nuevas píllaras das dunas, porque se trata de una especie “filopátrica”, es decir, vuelve al lugar donde nació, ya sea para vivir o para anidar, y traer al mundo nuevos chorlitejos y si nacen en las playas ferrolanas volverán el día de mañana a anidar en ellas.

Para conseguirlo, siguiendo el plan de conservación de la píllara –Charadrius alexandrinus–, los agentes de la Xunta y los naturalistas trabajan en la colocación de jaulas de protección –algunas de ellas ya se han reposicionado– y cartelería informando de la incubación, pero la limpieza manual de las playas, la ausencia de animales sueltos y el respeto por los espacios de cría por parte de los usuarios es fundamental para poder dar una oportunidad a las nuevas píllaras.

El retraso en las anidaciones pone en peligro a las píllaras de las dunas

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