Rosa Arroyo | “En los puestos ganados por oposición podemos ser más, pero no hay igualdad en los cargos directivos”

Rosa Arroyo | “En los puestos ganados por oposición podemos ser más, pero no hay igualdad en los cargos directivos”
Rosa Arroyo recibirá su insignia de oro de la ciudad el 7 de enero | d. alexandre

Rosa Arroyo ha hecho historia al ser la primera mujer en formar parte del Consejo General de Colegios de Médicos. Aunque no es ferrolana de nacimiento, lleva la ciudad hasta en su dirección de email y será reconocida el próximo día 7 con una de las insignias de oro de la ciudad.

¿De dónde viene su vinculación con Ferrol?
Llevo 24 años aquí. Lo tengo grabado porque llegué en septiembre del 94, con mi hijo de cuatro meses, al término de la baja maternal. Estudié en la Complutense, hice la especialidad en La Paz de Madrid donde estuve de adjunta otros cuatro años y después me vine aquí donde estoy desde entonces en el CHUF.

Y ahora recibe la insignia de oro de la ciudad, ¿qué supone ese reconocimiento?
Es un motivo de orgullo. A pesar de que no soy de aquí llevo a Ferrol en el corazón y me he encontrado con ferrolanos por todo el mundo. El sitio más increíble fue en el Chad, una sanitaria del servicio de Farmacia de Ferrol.
Siento un agradecimiento inmenso a Ferrol y es un orgullo representarlo, pero es un esfuerzo de un equipo y del colegio de médicos y su presidente que me han apoyado a llegar hasta allí.

¿Cómo llegó a ser la primera mujer en el órgano que coordina todos los Colegios Médicos?
A la directiva del Colegio de Médicos de A Coruña pertenezco desde hace doce años y ahora me han elegido secretaria del Consejo General de Colegios, que es el órgano que coordina los 52 colegios provinciales. En la comisión permanente hay seis miembros y soy la primera mujer. Se había presentado otra previamente, pero no había resultado elegida.
Yo lo atribuyo a que la gente que constituye estos equipos piensa previamente en compañeros que han ocupado estos cargos, presidentes de colegios. Creo que hay un poco de invisibilidad y otras veces son las trabas que nos ponemos nosotras mismas, a veces porque no nos interesa el puesto y otras porque pensamos que van a ser siempre los mismos. Pero se hace una cuña y a partir de ahí todo cambia.

Las mujeres, sin embargo, son mayoría en las facultades y muy numerosas en los equipos médicos...
De las facultades salen muchísimas más médicas, aunque en el global de colegiados ejerciendo son hombres. En algunas especialidades como Pediatría o Medicina de Familia son mujeres la mayoría.
En el Sergas, los equipos directivos son bastante paritarios, yo estuve en el dirección de procesos quirúrgicos y el equipo era igualitario, pero si asciendes un poco más, en las presidencias de Colegios Médicos, que son 52, solo hay siete mujeres y esto no es igualdad. En los puestos donde nos presentamos por oposición somos como mínimo la mitad o más, pero en cargos directivos o asociaciones no hay igualdad, sino escasa representación

¿Y cuál es su función dentro del Ggcom?
El Consejo General se ocupa no solo de defender nuestra profesión, la dignidad, el reconocimiento social. Tiene un compromiso con la sociedad, regula y garantiza el bienestar, la autonomía, la justicia social, todo está en torno al paciente. En ese sentido, tenemos que coordinar los problemas de los colegiados pero no olvidar la ética de la profesión, darle mensajes a la sociedad, defender los intereses. Ahora está, por ejemplo, el problema de implantes médicos y dispositivos, hay que luchar contra las seudociencias, las seudoterapias, etc. La respuesta es del Consejo en global, no de cada colegio.
También estudiamos la demografía médica para que no falten profesionales de determinadas especialidades, entre otras cosas, porque el campo es inmenso para trabajar.

Pero usted, además, mantiene su trabajo en el CHUF...
Es un sobresfuerzo. La primera parte de la semana estoy en Ferrol y la segunda en Madrid. Volar no es un problema pero es muy importante porque me encanta la profesión, es un servicio muy cohesionado y tengo una especialidad quirúrgica y no quiero perder ese ámbito. De momento me está yendo bien, solo reduzco un poco la jornada.

También se encarga de la formación de los MIR, ¿cómo están saliendo los nuevos profesionales?
La formación es muy buena, pero hay tanto que aprender y las especialidades se desarrollan mucho más que cuando yo empecé. Es difícil para un residente que en cuatro años abarque todo el mapa de conocimientos y competencias, salen desprovistos de las herramientas que necesitan pero en mi servicio estamos encantados y no solo en Oftalmología, también vienen de Familia, Óptica y un programa de universidades de EEUU en rotación preclínica. Somos muy visitados.
Yo lo que les diría es que no se obsesionen con la tecnificación, con las pruebas complementarias que hacemos, con las TICs, que piensen más en el paciente en global, mirarlos a los ojos y escuchar. Hay aspectos humanos que están a veces por debajo de los científico-técnicos y es lo que hay que transmitir, valores como por qué lo hace, qué es lo mejor para el paciente, para que sea equitativo, accesible, de gestión, de ética profesional, etc.

Usted también ha ejercido el voluntariado, ¿eso le ha ayudado a tener otra perspectiva de la Medicina?
Ha tenido un papel muy importante. Le debo a Ferrol haber contactado con oftalmólogas para hacer voluntariado a través de la ONG Soliedariedade Galega y después me he movido con otras. He estado en los campamentos saharauis, en Nicaragua, India, Chad, y en Burkina Faso y siempre digo que recibes más que lo que haces allí, que es hacer medicina en estado puro. Te levantas, ves la gente pendiente y haces lo mejor posible con los medios que hay. Se lo recomiendo a todo el mundo.

Rosa Arroyo | “En los puestos ganados por oposición podemos ser más, pero no hay igualdad en los cargos directivos”

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