Esta posibilidad se produce en un escenario de incertidumbre por la aprobación de los presupuestos generales del Estado de 2019, cuyas enmiendas a la totalidad se debaten a partir de mañana en el Congreso y de un claro distanciamiento del Ejecutivo con los partidos independentistas catalanes.
A ello se suma la manifestación convocada por PP y Cs celebrada ayer domingo en Madrid en demanda de elecciones anticipadas, y en la que se volvió a reclamar a Pedro Sánchez que dé la palabra a los españoles en las urnas.
Esa posible convocatoria obligaría al Gobierno a disolver las Cortes y convocar las elecciones la semana que viene, el próximo 19 de febrero, para cumplir los 54 días que establece la ley.
La posibilidad de un "superdomingo" electoral para el 26 de mayo también ha planeado en el horizonte aunque cuenta con destacados detractores entre las propias filas socialistas.
Los barones del PSOE prefieren acudir a las urnas bajo una estricta perspectiva territorial, sin tener que añadir como ingredientes electorales los aspectos más delicados de la vida política nacional, como la crisis territorial en Cataluña.